La "hora guineana" NO ES GUINEANA
Premisa.
La “hora guineana”, en esencia, no tiene nada de guineana, solo es considerada como tal porque encierra en su seno un conjunto de factores popularizados, sistematizados y fuertemente consolidados en nuestra sociedad.
Preámbulo:
La constante pretensión de explicar el ya archiconocido y enormemente viralizado Problema Social de la “hora guineana” a partir de un solo factor, es tan imprudente, reduccionista e ingenua como poner el futuro de África en manos de las potencias occidentales, mientras los mismos africanos nos dedicamos a hacer el ridículo en las redes sociales, ir a misa todos los domingos y todos los días al culto, conmemorar todos los años las “independencias”, pero no nos hablamos entre nosotros porque se siguen manteniendo fronteras físicas y mentales creadas artificialmente de la nada, consolidadas e impuestas por la política y la religión, y loablemente optimizadas por el fanatismo, el extremismo y los fundamentalismos de las potencias colonizadoras.
La “hora guineana” no responde pues a un solo factor, así como África no despegará de la miseria mientras no encarre con voluntad, proactividad y compromiso los dos frentes que tiene abiertos; acariciar a uno y disimular la inexistencia del otro no resuelve el problema, solo lo posterga.
Resulta imperante desencriptar el ADN de la “hora guineana” para descubrir la total inexistencia de parecido físico porque no lleva nuestros genes, África sigue en las mismas porque sus dirigentes no quieren aceptar la cruda realidad, por una parte, los países parásito que hoy son potencias mundiales a costa de nuestra miseria, nunca aceptarán por las buenas nuestra verdadera INDEPENDENCIA, pues como los vampiros, dependen de nuestra sangre para seguir existiendo y, por otra, si los países africanos quieren ser realmente independientes, han de partir de una VERDADERA UNIÓN, consistente en la ruptura y supresión no solo de las barreras físicas, sino también mentales y emocionales que son las que realmente nos separan como familia.
Como Esencia Universal Pensante, se es consciente de la elaboración y posterior ejecución durante siglos de un MACRO PIS (Proceso de Ingeniería Social) para sumir África y a los africanos en el caos, la intemperie y el autosabotaje. La explicación ultra simplificada de tal proceso sería la siguiente: previo estudio del suelo y sus propiedades, posterior eliminación permanente de todo ápice de maleza presente en el huerto para la plantación de la semilla, así como la instalación de herramientas de riego automáticas y, por último, aunque no último, la actual cosecha ulterior de todo producto útil para los agricultores y empresarios.
El único pecado original y, por tanto, la perdición de los africanos, es seguir creyendo en la ayuda desinteresada de los agricultores y empresarios (países vampiro), continuar aferrados con todas sus fuerzas a las herramientas de riego automáticas (las religiones impuestas y los antivalores sociales vigentes) y la mayor de las equivocaciones, contentarse con migajas mientras nuestro terreno se está convirtiendo en tierra reseca y no hacer nada significativo al respecto.
El presente artículo pretende demostrar cómo a pesar de las enormes ventajas que ofrece la globalización para el desarrollo de los pueblos, nosotros únicamente estamos recibiendo de la misma los aspectos negativos, todo ello, porque casi todo sigue pareciéndonos novedoso, al no tener acceso a las herramientas necesarias para habituarnos a los nuevos tiempos, además de no adecuar sus influjos a nuestra esencia y escala de valores tradicionales. Aquí y ahora, se explicará al detalle mediante un análisis de arriba abajo, desde la superficie al núcleo, los distintos factores que dan previa existencia y posterior funcionamiento a la “hora guineana”, dando a entender que, África solo se salvaría encontrando el antídoto asociado al tipo de veneno que inicialmente ingirió, esto es, otro muy metódico y minuciosamente implementado MACRO PROCESO DE INGENIERÍA SOCIAL INVERSA y nunca mediante excusas baratas ni cortinas de humo.
Sin más preámbulo, nunca mejor dicho, comencemos…
Para explicar de manera más completa y objetiva posible la cuestión de la “hora guineana”, hemos de partir de unos factores internos, los que favorecen e incentivan su continuidad; mientras los factores externos, por muy paradójico que suene, son el alma, la esencia, su razón de ser. En suma, la combinación de los factores externos e internos a la sociedad ecuatoguineana, son lo que dan vida y desgraciadamente una muy alta y envidiable esperanza de vida a la “hora guineana”.
Factores Internos
Los factores internos constituyen el cuerpo de la “hora guineana”, la capa protectora frente a las amenazas externas, seguridad en sí misma frente a los cuestionamientos sociales y, por supuesto, el chivo expiatorio en caso de algún crimen. Estos factores son:
Los Problemas Estructurales:
Las carreteras estrechas, ciudades des urbanizadas, constantes atascos y demás situaciones igual de agobiantes, son un conjunto de circunstancias que contribuyen, en la medida de lo posible, a que quince minutos se hagan treinta independientemente del compromiso, responsabilidad y honestidad del individuo. Sí, es cierto, en la mayor parte de los casos, solo se utilizan como excusas, pero, aunque lo fuesen, no es muy sensato negar su parte de contribución a la existencia de la “hora guineana”.
Sociedad avanzada, población atrasada:
Si situamos el hito en el Boom Petrolífero, sería fácil de entender que nuestra sociedad no está al mismo nivel que su población; el mundo se ha vuelto muy exigente y competitivo, pero gran proporción de ecuatoguineanos no cuenta con las herramientas ni oportunidades para poder hacer frente a dichos cambios con la cara en alto. Para el ecuatoguineano, prácticamente todo sigue siendo un lujo y aquello se hace patente cuando cambia su nivel de renta a mejor.
Existe una imperiosa necesidad de adecuar a la población a las exigencias de los nuevos tiempos, pues, gran proporción de la población sigue creyéndose casi cualquier cosa sin necesidad de cuestionamiento, hasta aceptan etiquetas imputadas e impuestas, porque carecen de autoestima, identidad y criterio propios. “Cuando la gente solo sobrevive y se las apaña como puede, la mentira e irresponsabilidad se convierten en una virtud”, en una sociedad como esa, a la larga, nacerán y crecerán niños y niñas peores que la “hora guineana”.
La cultura como chivo expiatorio:
Una enorme proporción de ecuatoguineanos le hacen caso primero a la religión que a la cultura y curiosamente la misma proporción siempre acaba echándole la culpa a la cultura cuando viven infortunios por seguir a ciegas los dogmas de la religión. Todos los palos a la cultura, mientras es la religión la que impera sobre nuestro comportamiento.
Una práctica social sumamente generalizada, común en adultos y jóvenes ecuatoguineanos es sacar siempre a ondear la bandera de la cultura cuando más les conviene: cuando quieren manipular la realidad para su beneficio, imponer nuestra autoridad por carecer de argumentos convincentes, tratar de justificar alguna atrocidad dicha o hecha y, lo peor y sumamente triste, acordarse del baúl de la cultura cuando estemos en error y necesitamos con urgencia un trapo para limpiar nuestro estropicio.
Con una actitud tan recurrente, lo objetivo se nos vuelve borroso e incurrimos en generalizaciones indebidas; “los guineanos son lo uno o lo otro”, pero NO, ROTUNDAMENTE NO, los ecuatoguineanos no son así, sino gente honesta, hospitalaria y bastante pacífica, por tanto, aquellos que usan la cultura solo para justificar sus malas acciones, no encarnan los valores de un verdadero guineano, pues, si hoy la “hora guineana” lleva ese nombre, no es por lo que fueron y son en esencia los guineanos, sino por aquello en que desafortunadamente se están convirtiendo.
Los valores tradicionales del africano y más concretamente del bantú son, entre otros no menos importantes: la hermandad, la honestidad y la hospitalidad; para el africano la familia y/o comunidad ante cualquier cosa, pues se entendía que uno no era nada sin los demás, el individuo debía ser una persona íntegra para el orgullo de su comunidad, familia y progenitores y, por supuesto, también era imprescindible ser un excelente anfitrión para el buen nombre de la comunidad, la tribu y/o clan y de la familia. En lo objetivo, estos valores son totalmente equidistantes a la irresponsabilidad, egoísmo y la preponderancia tan sumamente impregnados en el alma de algunos ciudadanos actuales y no tendrían que seguir asociándose al guineano, pues la “hora guineana”, es su esencia, no es guineana.
Factores Externos
Maximización del interés y minimización del riesgo:
“La inobservancia de la regla moral es la condición para el desarrollo”, un precepto que circunscribe el núcleo central de la “hora guineana”, siendo el desinterés total por todo aquello que nos reporte una rentabilidad inmediata el motor principal de la irresponsabilidad actual de ciertos individuos, pues tienden siempre a maximizar su propio interés obviando que los demás harán lo propio.
“Él o ellos también llegarán tarde, ¿Por qué tengo que esperarles yo?”, ¿Qué gano llegando a tiempo? Varios son los hechos que corroboran estas versiones; si siempre maximizamos nuestro interés, cuando se trate de dinero o de alguna otra retribución, solo la excepción que confirma la regla llegará tres o cuatro minutos tarde.
Cuando una comisión pagadora se dispone a realizar su trabajo, son los mismos miembros de la comisión quienes llegarán tarde, pues consideran que les hacen un favor a los beneficiarios, por tanto, no hay necesidad de llegar a tiempo, sin embargo, cuando se trate de un seminario impartido por la misma comisión sobre un procedimiento de paga más eficiente, los beneficiarios ya no tienen tanto interés por llegar a tiempo y justo en ese momento, cobran gran importancia las excusas: la irresponsabilidad y egoísmo de los taxistas, las constantes molestias de los agentes y no tan agentes de tráfico, las estrechas carreteras, los atascos y demás circunstancias que justifiquen la demora.
Por si hasta ahora no ha quedado claro, el alma de la “hora guineana” es la maximización del interés propio, pues reside en el taxista que no avisa sobre su trayectoria y gira por toda la ciudad desentendiéndose de tu destino, en los demás conductores que no respetan la preferencia, atascando unas carreteras de por sí ya bastante estrechas, haciendo posible que la expresión “ya estoy en el taxi” implique cinco, diez, treinta minutos hasta una hora.
Borrón y cuenta nueva:
Un dato importantísimo: “somos cristianos por HERENCIA, no por ESENCIA”. En las sociedades tradicionales, el individuo autorregulaba su comportamiento no por miedo al Estado, a un supuesto D/dios o infierno, sino por la reputación de su pueblo, clan/tribu, familia y para el buen nombre de sus progenitores. Si el individuo se desviaba de lo comunitariamente aceptado era sancionado y caería la deshonra sobre todo y todos cuantos debía enorgullecer. Por el contrario, el cristianismo nos ofrece el bonus del “borrón y cuenta nueva”; la confesión de los pecados y la correspondiente absolución, para los creyentes y practicantes, los teólogos y demás amantes de la fe ciega y las religiones importadas e impuestas a nuestro alma, existe una explicación, pero lo cierto es que, en igualdad de condiciones, como en este caso, nos quedaremos con la explicación más sencilla: cometa todas las barbaridades que puedas, ojo, no te olvides de confesarte porque solo así, se te perdonarán todos tus pecados.
La contribución de los valores religiosos a la “hora guineana” es crucial, pues, inhibe la conciencia de los individuos, relegándoles a la irresponsabilidad y la inconsciencia. Conozcamos sus maravillas: “dichosos los pobres de corazón…” o en su versión simplificada, “dichosos los pobres porque…”, no sé muy bien cómo sigue, solo sé que, todas estas manipulaciones ya condicionan al individuo adoptar un estilo de vida específico, pero lo curioso es que, cuando se llega a una vida miserable y desgraciada por nuestra propia elección, acudimos al trapo que lo limpia todo; culpamos a la forma de organización social, comunitaria y familiar tradicionales, alguno pensaría que no es justo, pero desgraciadamente, el mundo actual no se rige por la justicia, sino gira entorno aquellos que tienen poder e imponen su voluntad, aparentemente por las buenas, democráticamente por las malas y milagrosamente por las muy malas.
Exposición Final
Como siempre hemos dicho: “somos la media de lo que han querido hacer de nosotros la familia y la sociedad”, pues, al ser resultado de nuestro contexto histórico, nuestro comportamiento está determinado por los preceptos vigentes en el entorno, éstos conformarán nuestra escala de valores, moldearán nuestra personalidad y orientarán nuestros pensamientos, palabras y acciones.
La sociedad ecuatoguineana actual, se guía por la religión, la política y el consumo, por tanto, toda actitud generalizada y manifiesta en la misma, es resultado de cada uno de esos valores o de una combinación de todos ellos”. No es que el guineano nunca llegue a tiempo, sino llega a tiempo cuando le conviene: los creyentes practicantes siempre llegan a tiempo para escuchar “la palabra de D/dios” porque quieren ir al cielo, los subordinados siempre llegan a tiempo para recibir las instrucciones del jefe porque quieren ascender en la jerarquía, siempre llegamos a tiempo para recibir dinero o algún otro tipo de retribución, pero solo a muy pocos les interesa realmente llegar con tiempo como muestra de honestidad, responsabilidad y compromiso, incluso entonces, somos y seguiríamos siendo guineanos.
Independientemente de cuáles son los valores tradicionales de una sociedad, los individuos desarrollarán habilidades y destrezas para adecuarse a los valores imperantes en la misma, pues solo así pueden tener acceso a los recursos que dichas sociedades consideran como valiosos y esta es la respuesta a por qué los guineanos se comportan hoy como lo hacen.
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Muy bueno el artículo
ResponderEliminarMUCHAS GRACIAS por sus palabras, ya me gustaría a mí que llegase al mayor número de ecuatoguineanos posible.
Eliminarpor tanto, aquellos que usan la cultura solo para justificar sus malas acciones, no encarnan los valores de un verdadero guineano, pues, si hoy la “hora guineana” lleva ese nombre, no es por lo que fueron y son en esencia los guineanos, sino por aquello en que desafortunadamente se están convirtiendo.
ResponderEliminar“Somos la media de lo que han querido hacer de nosotros nuestra familia y sociedad”
ResponderEliminarpor tanto, aquellos que usan la cultura solo para justificar sus malas acciones, no encarnan los valores de un verdadero guineano, pues, si hoy la “hora guineana” lleva ese nombre, no es por lo que fueron y son en esencia los guineanos, sino por aquello en que desafortunadamente se están convirtiendo.
ResponderEliminarEn un proceso deliberado de transformación, se puede hablar de un ser en potencia. En el momento en que finaliza la susodicha fase y el resultado es palpable, no se puede hablar de conversión. Es sin duda un ser (actualizado) independientemente de la combinación dogmática o aculturación.
Por otra parte desde el día en que el gentilicio guineano fue adoptado, que es una imposición/sugerencia colonial con el fin de darle una identidad -nueva- a los nacidos en esta porción de tierra, la originalidad de estos individuos fue adulterada/alterada. Por lo tanto este descendiente de Afiri Cara al que quieres con vehemencia defender existe -no lo voy negar- pero sólo en los individuos cuyos genes se resisten a la embestida colonizadora. #BN
Un Planteamiento Coherente. Tanto el blog como su autor, admiten las limitaciones humanas;
EliminarSIEMPRE con orgullo y NUNCA con vergüenza. RECONOCEN la existencia de MUCHÍSIMOS frentes abiertos pero, precisamente por tales limitaciones, las cuestiones únicamente pueden analizarse una en una o dos en dos, pues, si tuviésemos que analizar todos los factores y en todas las perspectivas en un solo artículo, éste sería sumamente largo, aburrido y seguramente incomprensible. Reitero que el Planteamiento es Coherente y agradezco sus palabras.