¿De qué serviría ser buenos si D/dios no existiera?

 EL PROPÓSITO




Resumen

     ¿Cuál es realmente el sentido objetivo de la vida y nuestro verdadero propósito en ella? ¿podemos y debemos ser buenas personas independientemente de la existencia o no de un D/dios? ¿de qué serviría ser buenos si D/dios no existiera? ¿los profetas, pastores, sacerdotes, imanes, gurús, los mentores, las redes sociales o los libros sagrados realmente pueden conducirnos a nuestro verdadero propósito en la vida?

 El presente artículo planta cara a las preguntas que nos hacen seguir respirando, despertar cada mañana y proseguir con la lucha, explica cómo es que la humanidad ha dejado de lado las innatas y evidentes lecciones de la naturaleza para crear sus propias historias en su supuesta búsqueda del propósito, pues, si el propósito es la fuerza motriz que impulsa nuestras almas y es lo que da sentido a nuestras vidas, el Mba'aismo recomienda fundamentarlo en algo que sea bueno en sí mismo e independiente a cualquier mandato humano o divino. 


Introducción

  No lo sé ni me duele admitirlo, porque sencillamente no lo sé. No me atrevo afirmar qué estuvo en el principio de los tiempos porque no lo sé, soy consciente de que no todos serán tan cobardes como yo, al no poder ni querer afirmar aquello que no sé, a lo mejor envidie la valentía y el coraje de aquellos hombres y mujeres que le han puesto fecha al origen del Cosmos, hasta otros, han explicado de manera nítida y con detalles cómo es que ocurrió todo en tan sólo unos pocos días, pero yo insisto, no me avergüenza para nada admitir que no lo sé, pues, no es raro que no lo sepa; ese conocimiento es sumamente anterior y trascendental a mí, de hecho, me siento bastante cómodo admitiéndolo, no lo sé. Sin embargo, teniendo en cuenta el poder universal que he recibido del cosmos, si algo puedo hacer en estas circunstancias es suponer, intuir, especular e imaginar que, en el principio de los tiempos estuvo la nada, el todo, la existencia, pero nunca puedo afirmarlo porque no lo sé ni estuve ahí.

  De la existencia surgió el cosmos y de él la naturaleza. La humanidad sería la última en llegar y tendría que aprenderse todas las lecciones impartidas durante su ausencia, la lección fundamental fue, es y siempre ha sido respetar la vida e integridad de todo ser viviente, desde la aparentemente insignificante hierba, la inicialmente asquerosa oruga y posterior hermosísima mariposa, el muy libertino pájaro, el tremendamente feroz gato hasta el cuestionablemente más inteligente ser humano. Con esta lección aprendida la humanidad estaba lista para embarcarse al gran crucero de la existencia.

 El artículo explica cómo es que la humanidad, a pesar de ser la última en llegar, pasa de las lecciones evidentes de la naturaleza, atribuye unas normas inventadas a supuestos dioses para que sean creíbles y acusa a la vida de ser un absurdo y que no tiene sentido. El Mba’aismo es consciente de que todos necesitamos un propósito, pero debe ser uno sin compromiso, una cuestión buena en sí misma y no una imposición de supuestos dioses. 


La búsqueda del propósito

  Todos necesitamos un impulso, una razón de ser y hacer, un porqué para seguir existiendo, no se trata de la familia, la comunidad ni de la sociedad, sino de algo mas individual y sumamente personal, la fuerza motriz que cataliza y canaliza nuestro fuego interior, aquello que da sentido a nuestra vida, esto es, un propósito.

 Las pistas de la naturaleza para el descubrimiento de nuestro propósito en la vida son bastante evidentes, tanto que son innatas a todo ser viviente. La primera de las señales es nuestra concepción y posterior nacimiento, al depender de la colaboración de dos personas, la naturaleza nos demuestra que somos seres irremediablemente sociales y que estamos interconectados, cualquiera de nuestras acciones, buena o mala, tiene repercusión directa sobre nosotros mismos, nuestra familia, comunidad o sociedad, ya sea a muy corto, corto, a medio, largo o a muy largo plazo, siempre acabarán repercutiendo, pues, más nos vale que sea para bien.

   La segunda señal también incuestionable es que, cuando somos bebés sabemos de forma innata respirar, llevarnos todo a la boca, defecar y llorar, pero tienen que enseñarnos a la fuerza a creer en Jesús, Jehová, Alá, Thanos, Spider man, Naruto y demás invenciones artísticas creativas. La tercera señal también evidente es la cuestión del éxito, es de ingenuos tratar de conseguir el éxito boicoteando a los demás, pues el éxito no se consigue a costa de los demás, sino con ellos.

 La mayor de las desgracias es que la humanidad, en busca de un supuesto propósito para su vida, se ha desligado de las enseñanzas de la naturaleza y forjado sus propias reglas, comenzando por la creación de la nada de un D/dios, a quien se atribuiría todos los caprichos humanos posteriores: los mandamientos, los libros sagrados, los papas, imanes, pastores, la declaración de los beatos, santos y demás ideas creativas de la misma índole. Los humanos ya se odian, se agreden y hasta se matan en nombre y defensa de un supuesto D/dios.

  Los valores de la bondad, honestidad, generosidad, humildad han pasado a ser una marca registrada del supuesto D/dios, de la religión y de la iglesia y no hay forma de independizarlos de él y verlos como lo que realmente son; un bien en sí mismos.


El verdadero propósito

   La vida en sí misma es solo vida, no está siendo vigilada, monitoreada ni controlada por ningún supuesto D/dios como aseguran los muy creyentes y practicantes, así como los fanáticos religiosos, pero tampoco es un absurdo y sin sentido alguno como dicen los desencantados con el D/dios creado de la nada, sino la vida es, Mba´aismo, armonía en la diversidad, una conciliación de las dos posturas anteriores: D/dios existe pero solo como fuerza vital y sí que la vida tiene sentido, el que le damos nosotros mismos, a través de nuestros pensamientos, palabras y acciones.

   Hacer el bien es como bañarse, es bueno en sí mismo. Ser buenos porque lo dice la biblia es como bañarse porque nos lo impone una figura de autoridad, en el momento que flojee tal figura, nos sentiremos aliviados de la tremenda carga de bañarnos, pero luego aparecerán los malos olores, pero no es tan sencillo para los creyentes practicantes, pues, cuando se cuestiona su fe, suelen responder de la peor manera posible. Hemos de conseguir liberarnos de las ataduras y descubrir un propósito sin compromiso, hacer el bien y bañarnos por nosotros mismos e independientemente a que esté escrito en un libro o porque lo mandate una figura de autoridad humana o divina.

  La naturaleza ya nos deja unas pistas evidentes sobre nuestro propósito en la existencia, el amor al prójimo que no necesariamente es exclusivo de la religión, lástima que en los tiempos actuales la gente solo busca su propósito en terceros, en la religión, en las iglesias, pastores, gurús, mentores, redes sociales hasta en seres creados de la nada, pero lo cierto es que no nos llevarán a nada significativo y duradero. Pues si ya no podemos descifrar las innatas y evidentes señales de la naturaleza, el Mba´aismo puede hace por nosotros, dejándonos un nuevo propósito de vida: hacer que nuestras vidas sean importantes, impactar en los demás positiva y significativamente, pues, desde ese momento la vida no seguirá pareciéndonos un absurdo, no volveremos a sentirnos obligados a ser buenos porque semos cristianos, mahometanos o budistas, seremos buenas personas porque ser bueno es bueno en sí mismo.


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